Siempre me fijaba en las personas, su destino está en mis manos; el mío es hacer lo que menos me gusta: matar, aunque Él dice que es por justicia.
De pronto oigo una voz a mi espalda sobresaltándome:
- Leah, es la hora - aquella voz parecía sacada de una película de terror, y siempre que la oía me estremecía de miedo. Sin duda era Él, mi amo.
Me puse rápidamente de pie y me apresuré a decir:
- Sí, señor -Al oír mis palabras dibujó una sonrisa maligna en su rostro y desapareció dejando una brisa helada que, al rozar mi cuerpo, hizo que un escalofrío recorriese mi espalda. Él sabía que estaba a punto de presenciar un espectáculo digno de ver, en el que la protagonista, por desgracia, era yo.
Alcé mis alas y eché una rápida mirada llena de envidia a la Tierra antes de empezar a volar hacia las Puertas del Cielo para cumplir mi misión una vez más.
Tu estilo tiene la frescura y la simpleza en el sentido vas al grano, explicas las expresiones, la escena e incluso ya dejas entrever un poco el objetivo y el cometido del personaje principal.
ResponderEliminar=) Está muy bien.